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Sueño que tuve el año pasado pero que, afortunadamente, lo escribí.

Mi subconsciente: Esta noche he soñado que a mi padre le gustaba robar el aparcamiento a la gente in extremis y que todo el mundo le abucheaba, incluida yo, pero le daba igual. Aunque entraba a una heladería donde trabajaba una persona a quien se lo había robado (que era la prima de María) y no sé lo que pasó ahí, la verdad.

Luego estaba en lo que creo que era un hotel, en el que había una especie de extraterrestre como el de The Thing de John Carpenter, que se metía en el cuerpo de la gente y mataba y demás (se le añadía que se podía transformar en una especie de alquitrán negro para pasar bajo las puertas y luego dejaba manchitas por ahí). Fuimos a una habitación aleatoria para protegernos, y entraba una limpiadora que claramente era el bicho porque conseguía entrar aunque estuviera el pestillo puesto. En el sueño yo pensaba que se había convertido en alquitrán para pasar pero, una vez despierta, pensé que tiene sentido porque las limpiadoras suelen tener llaves de las habitaciones. Pero igualmente era el bicho.

Lo último que recuerdo del sueño era pegarle tremendo puñetazo en el estómago (al que reaccionó con un agudo gemidito de alimaña demoníaca) y proferirle insultos ininteligibles que incluso me han despertado.

Y otro extra más: el otro día soñé que se le metía fuego a la biblioteca de lo que, en mi mundo onírico, era la Escuela de Arte de Murcia. Fuimos mi amiga y yo a buscar al director (que tenía un gran parecido con Carlos Taibo), para que hiciera algo, y lo sorprendimos en un aula dando una misa en latín a un grupo de señoras. El fuego se apagaba solo, pero yo qué sé, estuvo un poco feo porque además yo me sentía culpable porque creía que lo había provocado yo al pulsar compulsivamente el botón del ascensor. Creo que por esto y mucho más, voy a tratar de escribir mis sueños cuando pueda y donde sea. Porque son potencialmente dadás y pueden servir para ilustraciones o para pelis de serie Z.