Este texto que comparto aquí lo escribió el anarquista Rudolf Rocker, y es un fragmento de su libro Nacionalismo y cultura, de 1936.
Me parece uno de los textos más bellos, certeros y valiosos que he leído. Y bastante necesario de recuperar, ya que esto de las naciones y de las patrias y de institucionalizar (e instrumentalizar) el apego a los terruños pareciera como un cáncer que se instaló en un momento concreto de la historia y del que aún no nos hemos podido despojar. Quizá vaya a ser necesario tenerlo cerca, en la mesita de noche, en estos tiempos distópicos que vivimos y en los aún más distópicos que están por llegar.
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